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viajemexico-06

Hoy la tarde está lluviosa y fresquita, tras un chaparrón repentino que nos pilló a la salida del metro después de la mañana de paseo, dedicamos la tarde a charlar, leer y hacer nuestra crónica.

Me encantaría poder transmitir a quienes siguen nuestro recorrido por este inmenso, bello y sorprendente Deefe, no sólo las impresiones sino las emociones que nos despierta a cada rato. Lo que se te queda clavado de los viajes es aquello que te toca el corazón, así que andaremos de ahora y adelante con el "corazón partío" a uno y otro lado del Atlántico. Nos cuidan, nos miman, nos alimentan (no se imaginan cómo) y nos pasean.

Es maravilloso recorrer el centro de la mano de tía Carmela, que llegó aquí hace cincuenta y tantos años, y se lo conoce como la palma de la mano, verla así, aún tan española y de alguna manera tan extranjera, llevándote a las mejores esquinas, mostrándote los bellísimos edificios como el monumental Palacio de Bellas Artes y el Palacio de Correos, hermosísimo, de increibles artesonados, con ascensores de principios de siglo y fachada de estilo renacentista (creo) y haciendo valer su suave simpatía para que nos dejen colarnos ¡hasta la mismísima Cámara de Diputados!. Nos paramos ante el primer rascacielos, aún en construcción cuando ella llegó, el de la Torre Lationamericana, hoy pequeñito en comparación con otros altísimos que se elevan airosos sobre un México mestizo, mezclado y lleno de contrastes.

Es placentero pasear por las hermosas calles de regusto europeo y las amplias avenidas, se te olvida que estás tan lejos de casa, todo tiene un sabor hispano-afrancesado (supongo que el afrancesamiento es el legado del Presidente Porfirio Díaz), hasta que las narices se te inundan de los aromas desconocidos que salen de los cientos de puestos de comida corrida (así la llaman, de manera que ni pido disculpas) que te recuerdan que estás al otro lado, en un occidente con sabor criollo, indígena y de decadente europeismo (decadente por cierto a uno y otro lado del atlántico).

Recomendaciones para viajeros: toménse un descansito y un aperitivo en el Café Tacuba, en la calle del mismo nombre. Huroneen por las muchas librerías de la Avenida Benito Juárez. Detenganse en los puestecitos callejeros...y cuando avancen con la mirada perdida en las estatuas de la fachada de Bellas Artes no se tropiecen con los pivotes que nos dejaron las rodillas deshechas.

 

1 comentario

Marisa -

Por fin!!!!! Ahora empezaremos a conectarnos con esa otra parte de vuestra alma (que siempre estuvo en teoría y ahora por fin!! en la páctica) del "corazón partío". Eso duele mucho pero a la vez alimenta y hace crecer mucho por dentro. Es algo que conozco prácticamente desde que nací, porque l@s argentin@s somos hijos de "un corazón muy partío", abuelos españoles e italianos, parientes alemanes, cuñados armenios, primos criollos, etc, etc, es como dice Rafa "vivir en el cielo y infierno al mismo tiempo". Así es...
Después de éste viaje, nada será lo mismo, será MUCHO MEJOR!!!!!!! Que disfruten a tope lo que les queda y que Dios los bendiga.
Besos a toda la flia, especialmente a Mina (que tiene nombre completamente argentino y es una masa!!!!) a Maritere,a Claudia y a la Mamá de todas de una cordobesa-argentina nostálgica, meláncolica y con el eterno corazón partío que los extraña mogollón y que los quiere muchísmo. Abrazos desde al alma.

Marisa (a/Nadira)