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viajemexico-06

SAN MIGUEL DE ALLENDE...LOS MARES

Si se creían que no íbamos a conocer algo típicamente mexicano, y que estábamos bajo el influjo del DF, se equivocan. Maritere y Enrique nos secuestran y pasamos un enorme fin de semana en una localidad del Estado de Guanajuato (que no es Guajolote), coincidiendo con un festival de cine y unas jornadas de diversidad sexual (de milagro no fuí secuestrado por gays!!!!). No nos dimos cuenta de ello hasta después de 2 horas buscando un alojamiento que, finalmente, conseguimos gracias a las influencias de nuestros anfitriones, de modo que compartimos una bonita habitación con vistas a una alberca (que no usamos) que créanme, sacaban agua caliente de 500 km bajo tierra (y no la usamos!!!!)....es México.

La localidad es una bonita expresión de la ciudad colonial, repleta de Iglesias, calles empedradas y colores vivos en cada una de las casas. El sábado por la noche, en la plaza central, se congregan los grupos de mariachis para ser contratados por el personal, así que pudimos disfrutar de música en la calle cantada por artistas anónimos con algún que otro tequila de más. Para nuestra sorpresa el espíritu de Rocío Jurado se nos apareció en forma de mujer norteña, haciendo versiones rancheras de sus canciones (Lita se llevó todo el fin de semana tarareando "Si amanece"). El domingo lo dedicamos a pasear por todo San Miguel recorriendo tiendas, restaurantes y saboreando el aire de fiesta que había en la ciudad. Estar en la calle es todo un espectáculo pues se congregan por ellas turistas, personas venidas de todo el estado mexicano y lugareños.

Enrique estuvo todo el tiempo en silencio, no hablaba, no reía, ni tampoco cantaba al son de cada melodía que sale de los restaurantes y bares, pero hizo de buen samaritano jaleando a un auto que debía recoger a una señora mayor. Del mismo modo Maritere no quiso pisar ninguna platería ni joyería, huía de las tiendas horrorizada ante el consumismo, perdiendo su rulo para el pelo. Lita centró su atención en los coches con matrículas del gran vecino americano, de los sombreros y apenas miró con desdén alguna que otra piedra antigua. Yo simplemente pasaba desapercibido con mi nuevo sombrero norteño, tímido y no queriendo ser reconocido. (Como supondrán todo esto es una libre interpretación y se leerá mejor si lo interpretan completamente al revés) 

2 comentarios

nuria -

Que sitio mas bonito¡¡¡¡¡ Como estoy disfrutando con vuestras crónicas...y con los comentarios de la gente. Me entran ganas de ir a Mexico nadando (porque volando lo dudo...he acabado el libro de "volar sin miedo" y sigo teniendo pánico, aunque ahora se perfectamente como funcionan los aviones). Lita te echo de menooooooos. Un besito para todos.

VIVA ZAPATA DEJAMÓN -

A vé Antoñito...
De siempre, de toda la vida, desde que os conozco... he leido a Lita con interés y "entre lineas" (se aprende un montón); a Malú separando sílabas, añadiendole vocales y enfocando esos emoticones móviles (ya es fácil, mi hijo me aprendió); pero a ti...
a ti, SIEMPRE te lei interpretandote completamente al reves, es como mejor... bueno, como se te logra entender... así que no nos lies con avisos para lectores y sigue escondiendo tu "timotimidez" bajo ese requetelindo sombrero y esa pose de estrella del narcocorrido.
Salud.
Sigan disfrutando y trasladándonos sus sensaciones.
Besos.